El lavabo es algo que usamos a diario: para lavarnos las manos después de estar en la calle, los dientes, la cara... Y todos los restos de jabón y suciedad o pasta de dientes se van quedando ahí, casi invisibles a nuestros ojos. El lavabo es algo que deberíamos limpiar a diario, al menos hacer un repaso cada día y una limpieza en profundidad cada semana.
Lo primero que hay que hacer es retirar todos los residuos que pueda haber y luego con un estropajo y un jabón desinfectante (e incluso lejía) pasarlo por todo el lavabo, quitando el desagüe y limpiando este en profundidad. La grifería es otro punto clave a la hora de desinfectar un lavabo. Y por supuesto, las toallas, que deberíamos cambiarlas cada 3 días, ya que van cogiendo humedad y suciedad con mucha facilidad.