Cambiar la clásica bañera por un plato de ducha es una reforma de lo más solicitada cuando lo que se pretende es ganar amplitud. Sobre todo si en lugar de ocupar el espacio con un plato que cubra el ancho de la antigua bañera, nos conformamos con un modelo más pequeño. Los platos de ducha a ras de suelo, además de ser mucho más seguros, potencian la sensación de amplitud del baño sin obstáculos. Antes de elegir el modelo, hay que tener en cuenta cuál es la necesidad principal que nos motiva a quitar la bañera. Mejorar la accesibilidad, potenciar el diseño o sacar todo el partido a un espacio reducido. Los platos que menos ocupan son los curvos, dejando más hueco así para el lavabo e inodoro. Pero no descartes en principio ninguna forma. Quizás uno rectangular o cuadrado aprovecha mejor el hueco (fíjate en el diseño a medida de la foto). Un buen diseño te sacará de dudas.