Hay que dejar claro que en las casas con personas con movilidad reducida es mucho más recomendable instalar duchas. Son más prácticas, cómodas y muchísimo más seguras. Ahora bien, estas duchas también pueden contar con peculiaridades. Para empezar, el plato de ducha no debería tener bordes que impidan el acercamiento de una silla de ruedas. En este caso, los platos de ducha a nivel de suelo o incluso los platos de obra, son los más adecuados.
En el interior de la ducha, y para dar mayor seguridad, se deben instalar barras de apoyo a 85 cm en sentido horizontal y hasta 140 cm en sentido vertical. Asimismo, lo recomendable es colocar también un asiento en la ducha. Un asiento fijo y que sea abatible, para que no moleste al resto de integrantes de la casa.
No siempre se puede cambiar bañera por plato de ducha. En los casos en los que el cambio sea imposible, o simplemente no se quiera hacer, se puede instalar un sistema de silla giratoria. Estos asientos quedan fijos en la bañera, son seguros pero en cualquier momento se pueden retirar para poder usar la bañera fácilmente.