Una revisión obligatoria de caldera exige la comprobación de diferentes puntos del equipo, más allá de los niveles de emisión de gases del aparato. Además de este aspecto, el técnico comprobará otros muchos, entre ellos los siguientes:
- El rendimiento del aparato.
- La correcta estanqueidad para verificar que no hay fugas.
- La presión de la caldera y la temperatura de la calefacción.
- La combustión para asegurarse de que es la adecuada.
- La ventilación y la evacuación de gases.
- El estado de las partes de la caldera de gas.
Si todo está correcto, el técnico emite un certificado favorable. Si detecta algún problema de funcionamiento, lo que entrega es un informe con las anomalías detectadas para que el propietario pueda solicitar su reparación a un profesional.
Y un aspecto muy importante: es el propietario quien debe solicitar la revisión cuando corresponda hacerlo. Puede hacerlo a una empresa instaladora, un profesional autorizado o a la propia compañía suministradora. Si tienes un contrato de mantenimiento, no debes preocuparte, serán ellos quienes te avisen. Debes tenerlo ya que es obligatorio tener un contrato de mantenimiento de la caldera.