Con vitas a áfrica y rodeada de un espectáculo natural envidiable, esta casa diseñada por y para el arte, reúne espacios sencillos y relajados volcados hacia lo más importante, el entorno. Alimentada desde un principio por la profesión de los propietarios, esta casa cuenta con espacios de grandes dimensiones para trabajar con pintura de pequeño y gran formato. Una distribución de forma ascendente, causa de la ladera en la que se ubica el edificio, que cuenta con el taller a doble altura a pie de calle, hasta la zona de día en la última planta, participe de las vistas.
lo mejor: esta vez, menos es mucho más, el juego de superficies blancas crea un conjunto de sombras que nos conduce sin darnos cuenta, a una maravillosa piscina que nos hace disfrutar de la espectacular serranía de ronda