Durante años nos dijeron que una cocina abierta al salón inundaba de malos olores y vapores nuestra casa. Que era sucio, incómodo. Que una cocina de este tipo es difícil de mantener limpia en el día a día y que solo debía montarse en pisitos pequeños (o apartamentos de vacaciones). Pero hoy esta idea no tienen ningún sentido. ¡Sólo tienes que echar un vistazo a las obras de arquitectos e interioristas, donde cocinas "open concept" preciosas y grandes son las más demandadas! primordial es elegir la mejor campana extractora, revestimientos y muebles que se adapten bien al estilo del salón al que se abre, y por supuesto, que sean fáciles de mantener. Para los que dudan de abrirla del todo hay soluciones intermedias: fijos de cristal, puertas correderas (o de hierro y cristal), penínsulas o islas que sirven para completar el almacenaje, o hacen de comedor... Mil opciones que tiran por tierra la creencia popular de que una cocina abierta es un incordio y que solo cabe en pisos minis. ¡Para nada!