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En verano cambiamos las tonalidades grises, pastel y marrones por colores vivos. Es increíble la energía que transmiten los colores y cómo estos pueden afectar a los estados de ánimo. Por eso, no cambies aún la vajilla de casa y deja la que usabas este verano, llena de color y viva. Al igual que las flores, si te gusta decorar con ellas, deja algún centro en la mesa principal, a ser posible de colores muy intensos: son perfectos los amarillos y los fucsia. Ambos elementos decorativos: vajilla y flores te recordarás que el verano sigue vivo en tu hogar.