El dormitorio debería ser el lugar al que acudir para tener un descanso placentero y eso solo ocurre si el dormitorio invita realmente al descanso. Por eso, hay que deshacerse de todos esos elementos que sobran y que hacen que el dormitorio sea un lugar muy recargado. Por ejemplo, las perchas viejas, los bolsos que jamás usas y que han pasado de moda, calcetines con agujeros, ropa que no te pones ni te pondrás, papeles que acumulamos en la mesita de noche, y todas esas cajas de zapatos que tienes guardados en la parte de abajo del armario...¡vacías!
El dormitorio sería el lugar de la casa donde poner más en práctica "menos es más" y sin duda, tenemos una manera de conseguirlo: revisando de vez en cuando la habitación y quitando de en medio lo que estorba.