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El recibidor debería ser el lugar en el que nada más abrir la puerta, ¡ya te sintieras a gusto! así que fuera todo aquello que lo hace inservible y poco útil. ¿Te recuerdo la cantidad de cosas que solemos guardar en el cajoncito del mueble del hall o en alguna cajita? empiezo con la lista: folletos de publicidad, pegatinas del supermercado, cartas del buzón sin abrir, llaves de alguna casa antigua, facturas de la luz o del gas, bolígrafos que no pintan... Y así hasta una larga lista.
Revisa y tira a la basura sin pena alguna, todo aquello que no necesitas del recibidor. ¡Sentirás que a partir de ahora encuentras todo mucho más deprisa y le sacarás mucho más provecho a este espacio!