Como os hemos contado muchas veces, los suelos vinílicos han evolucionado mucho y no tienen nada que ver con los de antaño. Entre sus ventajas destacan que son antideslizantes, resistentes a la humedad y que su mantenimiento es muy sencillo. Son perfectos para las habitaciones infantiles, ya que su composición impide el crecimiento de hongos o bacterias y la acumulación de ácaros. Además, puedes elegirlos con una capa extra de amortiguación, que resulta ideal para suavizar las caídas de los peques cuando comienzan a andar. La capa superior de poliuretano los protege frente a la suciedad y posibles arañazos y su desgaste es inferior a la mayoría de los pavimentos. Su limpieza es muy fácil y, además, tiene mucha durabilidad. Resistirán, por lo menos, hasta que se vayan de casa (sí, incluso si se van a los 30..).