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Visto en: design sponge
Tras la reforma, el dormitorio ha resultado un espacio austero y funcional, donde la cama es la protagonista y los adornos apenas existen. Tonos neutros en la pintura de las paredes y solo una ilustración de la propia dueña son las señas de identidad. Al contrario que en el salón, aquí los elementos son los mínimos y por lo tanto los sitios de almacenaje se reducen a lo necesario. Un par de mesillas de la madre de la propietaria, un espejo de una tienda de antigüedades y poco más. Una estancia sencilla que invita al descanso.