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Jaak
Viniendo de una casa cerrada y oscura, los nuevos propietarios, ansiaban un lugar en el que se sintieran libres y en el que poder respirar luz y aire. Aprovechando la ubicación casualmente simétrica de las dos ventanas ubicadas en la fachada principal, con vistas al exterior, se colocó el mueble divisorio perpendicular a ellas, sin llegar a tocar pared, creando un pasillo que ayuda a la total dispersión de la luz, y repartiéndola a cada rincón de la casa, ahora, despejada.
Colocaron colchonetas en el antiguo alfeizar de las ventanas, aprovechando el generoso espesor del muro como banco, una solución que ayuda a compactar el espacio y a desprenderse de elementos de mobiliario.