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No, no os encontráis en un barco, estáis en el mirador de este ático, un lugar con sofás acolchados en color azul petróleo, que nos recuerda al interior de una embarcación, pero lo que nos rodea no es la la inmensidad del océano, sino un mar de edificios que ofrecen una magnífica vista sobre la ciudad.
Una planta octogonal totalmente acristalada para poder disfrutar de las vistas 360º. La barandilla pasa a convertirse en el azul petróleo de los textiles para sujetar un tablero de madera a modo de mesa.
Un lugar diseñado sin un uso concreto, al que subir a charlar a evadirse, a descansar o a dormir, pero convertido del que estamos seguros que nadie quiere salir.