La entrada ha sido un punto caliente estos días, y no dejará de serlo durante un buen tiempo. Por eso, y por el aspecto visual también, ahora debe ser un lugar de recepción y tránsito "seguro" que incorpore las necesarias medidas de saneamiento. Sabemos que es fundamental que los zapatos no entren en casa (si cabe un zapatero, estaría genial ponerlo). Las llaves se quedan en la entrada, igual que el correo. Ve pensando dónde puedes dejar un práctico dispensador para el gel desinfectante de manos, y quizás un cubo (aunque sea camuflado) para tirar los guantes desechables al entrar. Toda precaución es poca para que ese "bichejo" no pase de la puerta de tu casa...
En definitiva, lo que nos gustaría transmitiros es que todas las necesidades, sueños, deseos e incomodidades que hemos vivido durante todas esas semanas de aislamiento, se deberían traducir en la enseñanza de darles respuesta en un futuro inmediato. Confíemos en que nos haya servido para aprender además de estas enseñanzas, otras muchas...
¿Y a ti qué lecciones te ha enseñado tu casa? ¿Qué es lo primero que quieres hacer en ella cuando nos libremos del confinamiento?