Si por más que miras esa pared no le encuentras ninguna utilidad y encima es la responsable de que en tu pasillo (o en la habitación colindante) no entre nada de luz natural, antes de derribarla, puedes valorar una solución como esta: un fijo de cristal y hierro que hace las veces de ventana (enorme, por cierto), y una puerta abatible que deja pasar la luz, manteniendo algo de intimidad y el silencio que necesitas. Este tipo de soluciones, junto con las puertas correderas de madera, son muy prácticas y decorativas. Al fin y al cabo, lo que buscábamos desde el principio era eso: que tu salón tenga "estilazo" y no se parezca al de nadie. Esperamos haberlo conseguido.
¿Y a ti, qué te parecen estas ideas? ¿Tienes previsto hacer algún cambio decorativo en tus paredes el año próximo? nos encantará saber qué opinas. Anímate a dejar un comentario.