No sabemos si es una cuestión ética, religiosa o de tradición popular en españa, pero cómo nos gusta poner persianas y cerrar las cortinas. Y eso a pesar de ser uno de los países del mundo con más horas de sol. Basta con salir de nuestras fronteras, para ver que las casas de nuestros vecinos europeos se abren de par en par a la luz. Aquí se abre, ventila y cierra casi en cuestión de minutos. ¿No sería mejor dejar que esa maravillosa luz inunde nuestros hogares todo el día? más incluso ahora que el precio de la energía está por las nubes. Antes de que llegue el invierno estaría bien modificar esta rutina. Es un placer trabajar, comer o echar la siesta en invierno, debajo de ese agradable rayo de sol. No te lo pierdas por culpa de conservar la arcaica manía de cerrar la persiana. ¡Espera a la noche para bajarla!