Estamos de acuerdo en que los precios bajos (o low cost) de algunos muebles pueden ser muy tentadores, pero ya sabes que calidad y precio no siempre van de la mano, y que el dinero del pobre, dos veces se gasta. En lugar de comprar un sofá baratillo para salir del paso, y arrepentirte muy pronto de haber tirado el dinero, ¿no será mejor que inviertas en una pieza de calidad que encaje perfectamente en tu salón y que además te encante? rinconero o modular, de dos, tres o más plazas, con refuerzo lumbar, asientos más anchos de lo habitual (o más estrechos). Es difícil encontrar un sofá fabricado en serie que se adapte a tus gustos o manías. Porque en la exposición todos nos valen, pero a la hora de la siesta, o cuando por fin disfrutamos de la merecida sesión de peli y palomitas, no todos cumplen igual. Apostando por diseño y calidad, siempre ganas.