Si tu sueño es vivir en el campo y te gusta lo rústico, sin duda el suelo de terracota es una estupenda opción. Es, digamos, un “material de toda la vida”, muy típico de casas rústicas pero que puede perfectamente incorporarse a pisos y casas urbanas. Se puede colocar tanto en el formato clásico cuadrado como en otros como hexágonos. Una de las características de este material es su aspecto heterogéneo ya que el proceso de su fabricación no es del todo industrializado. El color depende de la arcilla que se emplee en la fabricación de las baldosas y puede ser más rojizo, más marrón, o más amarillento.
Para que su durabilidad sea mayor, se puede dar una capa protectora para que no resulte tan poroso. El suelo de barro cocido puede limpiarse y mantenerse de forma normal, con agua y un jabón neutro una vez colocada esa capa. Un suelo atemporal que hará las delicias de los amantes de lo rústico.