Las piezas de mobiliario y las pequeñas cornisas ajardinadas, han sido también incluidas como refuerzo de la sensación de continuidad, manteniendo sus propiedades cromáticas y materiales a cada lado, pero modificando para cada estancia su vocación. Los techos, por su parte, desvestidos para la ocasión, muestran su rayado de vigas y la bovedilla catalana de bloque de arcilla tradicional. Bajo éste, se han dispuesto las instalaciones necesarias que permiten bañar de luz las paredes de ladrillo visto original, descolgar lámparas decorativas que coronan la cama y el comedor respectivamente, garantizar una temperatura del aire agradable a lo largo del año en todas las áreas de la casa y extraer los olores residuales después de una cena preparada en casa, con sobremesa, copas y amigos hechos en primera línea de mar.