La sensación de robustez que aportan las ventanas de aluminio, puede ser una de las ventajas de elegir dicho material. De hecho, hay que reconocer, que se trata de un metal bastante resistente a golpes, una cualidad que aumenta la seguridad en la vivienda. Además, encontramos gran variedad de colores, y siendo un material moldeable, también de diseños.
Todo esto podría indicarnos que es una buena opción. No obstante, también debemos ver sus desventajas, y es ahí cuando nos damos cuenta de que quizá las ventanas de aluminio no sean la mejor opción. Para empezar, hay que hablar de la pérdida de temperatura que se produce en la vivienda debido a la naturaleza conductora del aluminio. Sí, las ventanas de aluminio aíslan menos que otro tipo de ventanas, lo que implica la necesidad de incorporar una rotura de puente térmico compuesta por una placa plástica en el interior del perfil para ganar aislamiento y reducir el gasto energético de calefacción y aire acondicionado en casa.