Los suelos vinílicos se ven estéticamente impecables y tienen un sistema de limpieza muy fácil. Entre sus ventajas, aparte de ser una buena imitación de materiales como la madera, la cerámica o la piedra, está que cuentan con un sistema de instalación muy rápido y limpio (prácticamente no hacen nada de polvo). Los que lo eligen, destacan la ventaja de poderles pasar la fregona con detergente neutro, o incluso usar productos más fuertes cuando es necesario desinfectarlos. Manchas difíciles que en el parquet nos darían un disgusto enorme (rotulador, tinta, tomate...) salen frotando con alcohol y enjuagando con agua. Lo que nunca debes hacer es aplicar limpiadores de vapor, ni productos a base de aceite (¡te los cargas!). Su parte más delicada son las juntas, en las que además se acumula suciedad. Por eso nos gustan más los de sistema click que los adhesivos. Los claros disimulan muy bien el polvo, aunque son un imán para las manchas. Los oscuros, se rayan con mucha facilidad y pierden color si les da directamente el sol. a mayor grosor de la capa superior, mayor resistencia (aunque suba un poco el precio).