La primera fase de cualquier reforma es la más mágica e importante. Es hora de afrontar con sensatez qué necesitamos en casa. Si soñabas con tener un vestidor o un gran armario empotrado en el pasillo, este es el momento de plantearlo. Inspírate viendo fotos en internet o en tus redes sociales. Es fundamental que te comuniques con los profesionales de obra que vayas a contratar, para que entiendan qué buscas. Si no te expresas bien, ni sigues de cerca la obra, no van a saber qué esperas. Implícate para que no hayan malentendidos (o cosas que se pasaron por alto) y ten paciencia... ¡mucha paciencia!
Lo ideal es que te mudes el tiempo que dure la reforma y hagas visitas, al menos, una vez a la semana, acompañado por el encargado de obra (él entiende más que tú y puede "capear" cualquier imprevisto que surja antes de que tu hiperventiles).