Si las paredes de tu cocina son lisas, te puedes atrever a cambiar su aspecto con papel pintado. Los hay con motivos culinarios (frutas exóticas, un rico capuchino), también florales para los que buscan un estilo más clásico. A cuadros, geométricos o con tonos suaves. También con acabados más contemporáneos como los que imitan el granito o las paredes de ladrillo. Tienes prácticamente para todos los gustos.
El secreto para que este papel tolere bien el tráfico de tu cocina es elegir un modelo vinílico de base tejido no tejido (TNT). Este se puede colocar sobre el alicatado, siempre que primero apliques imprimación o emplaste. Y si además lo refuerzas con una mano de látex líquido al acabar, le estarás creando una segunda piel que lo protege de salpicaduras y manchas inevitables.