Por ejemplo una silla con riesgo de romperse, o una mesa inestable... Lo mejor es que consultes con el vendedor y que la pongas en manos de un profesional para que la examine y te diga cómo intervenirla. Piensa que no es lo mismo retapizar una silla, que asegurar una cómoda que se ve insegura y de la que vamos a dudar siempre de su estabilidad. Algunos muebles de este tipo suelen tener problemas de humedad (lo notarás porque huele de una forma característica y además se verá con un color oscuro). Vigila que la chapa no esté levantada y que el barniz o la laca originales no estén oxidados y la madera blanquecina. Se han dado casos de sillones antiguos que al llevar a retapizar descubren que no se hicieron con una estructura de calidad sino con aglomerados. Por eso, una vez más: antes de comprar, asegúrate de la calidad para desperdiciar dinero ni esfuerzo.