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Sobretodo si no somos especialistas en esto de restaurar. Dar una mano de pintura a un mueble es algo que no tiene demasiado misterio, pero si nos tenemos que meter a una restauración a fondo, ni tenemos la experiencia ni seguramente las herramientas, en ese caso quizás merezca la pena comprar piezas ya restauradas o incluso llevarlas directamente a las manos de un artesano que las sepa tratar como merecen. Piensa que si la madera está agrietada o las juntas no están bien, al precio tendrás que sumar el trabajo de un carpintero o ebanista para reforzarlas.