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Los cubreradiadores de madera son los más extendidos. Antiguamente se usaban las celosías para que dejaran pasar el calor; por tanto hay que tener cuidado con esto. Un cubreradiadores puede ser muy estético, pero si no dejamos determinadas rendijas, hará que el calor se estanque y no se irradie por toda la estancia.
Estos radiadores de madera son ideales para la decoración más rústica o de estilo vintage. Además, si los lacamos en blanco, pueden ser una pieza bastante interesante en ambientes nórdicos, como podemos observar en este primer ejemplo. Espacio entre los listones de madera y la parte superior permiten que el calor salga. Además, la parte superior puede ser usada para colocar todo tipo de objetos.