La improvisación del principio ha dejado paso a espacios de trabajo, en casa, mucho más profesionales. Habitaciones en desuso, buhardillas o garajes se están convirtiendo en el espacio perfecto para trabajar en remoto.
Con estanterías y cajoneras a medida para almacenar sin perder de vista la estética, paredes de cristal para solucionar la falta de luz natural, alta tecnología en forma de proyectores o pantallas grandes, y cada vez más espacios insonorizados. Porque si hemos de trabajar en casa, que sea en las mejores condiciones. La madera será un buen recurso en tu despacho por propiciar buenas energías, y el cristal, un buen aliado para marcar un buen ritmo en el trabajo. Un escritorio de dimensiones adecuadas, una silla ergonómica... Estudia bien la distribución para no trabajar nunca de espaldas a la luz natural.
Recuerda que al caer la tarde te hará falta contar con un sistema de luz artificial que no te destroce la vista, y que no suponga una ruina al llegar la factura. Un sistema de iluminación LED siempre será bienvenido.