Lo más importante es, al final, usarlo con cabeza. Piensa que lo más importante será la temperatura a la que uses tu aparato. No es conveniente ponerla a menos de 24 grados. Es más, se recomienda que durante todo el día usemos el termostato programándolo entre 24 y 26 grados para evitar los problemas derivados de las bajas temperaturas, como sequedad, enfriamientos o contracturas, sobre todo si contamos con bebés en casa. Tened cuidado con esto.
Debes mantener, además, tu máquina siempre limpia. Aunque pensemos que con una revisión anual basta, los especialistas recomiendan dos limpiezas a fondo de forma anual para evitar que se acumulen bacterias y se propaguen una vez lo encendamos.
Recuerda cambiar los filtros de la máquina cada cierto tiempo (cada fabricante establecerá el tiempo estimado). De esta forma podrás disfrutar de tu máquina durante más tiempo.
No te olvides de beber mucha agua. También puedes instalar humidificadores para evitar los ambientes excesivamente secos.