Plantas antes y después

El proyecto persigue la creación de un centro común, alma de la vivienda, distribuidor y abierto al resto de estancias, porque sí, para la pareja sin hijos que iba a ocupar este nuevo espacio, la libertad del espacio era lo más importante. Se procedió al derribo de toda la trama de tabiquería interior para dar paso a una planta de 100 m² que aunque abierta, muy organizada, ya que todas las estancias tienen la posibilidad de disfrutar de la privacidad deseada. 

Comunicación, versatilidad y mezcla de vivencias, conseguido.