El centro pompidou de parís pertenecía a un movimiento arquitectónico emergente cuando se construyó, a finales de los años 70: el high-tech. La propuesta ganadora del concurso venía firmada por dos jóvenes arquitectos: Renzo piano y Richard rogers, con escasa experiencia en construcción. Cuarenta años después de su inauguración, el centro pompidou sigue siendo moderno y sus conceptos de grandes espacios continuos y flexibles, sustentados por estructuras metálicas, con cerramientos de vidrio que dejan paso a la luz natural han sido usados masivamente. Las instalaciones quedan a la vista y esto resulta una revolución. Fue posiblemente el germen de la autoexigencia de piano para hacer edificios sostenibles y contribuir a la conservación del planeta.