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Visto en: Böho Diseño
Con eso de que el día se hace muy largo y que tenemos tiempo de sobra es posible que estés abandonando viejas costumbres que te funcionaban bien. Levantarse por la mañana, ventilar el dormitorio y hacer la cama, hará que comiences el día centrado. Lo mismo con la ropa: no sirve apilarla en una silla (total si hoy no voy a poner la lavadora), hay que llevarla al cesto de la ropa. Y con la ropa limpia, lo mismo: plegarla o colgarla en el armario. Despejar cada noche la mesa del salón antes de acostarnos y dejar sólo lo necesario, hará que al día siguiente nos cueste menos arrancar. En el recibidor pueden esperar abrigos y zapatos que han pisado la calle ¡nada más!