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Una de las tendencias que no pasan de moda, podemos decir que siempre son tendencia y que son una apuesta segura. Al final, es una manera de que "pasen algo desapercibidas", pero haciendo su función, que es proteger las estancias del sol o de los vecinos extremadamente curiosos.
Los colores suaves, el blanco, beige o gris aportarán sensación de amplitud a cualquier salón, frente a los colores mucho más intensos. Además, si no te quieres complicar, estas tonalidades funcionan muy bien tanto en invierno como en verano, así que no tendrás sensación de tener que cambiarlas ni agobiarte por eso.