Antes de la reforma, Blur arquitectos se encontraron con un edificio prácticamente en ruinas. Únicamente se conservaban en buen estado la fachada, que data del siglo XVI, y que está protegida por patrimonio. El encargo consistió en crear una casa rural para alquileres de corta estancia y se contaba con un presupuesto muy limitado. Por ambas cosas se optó por una intervención con materiales de bajo coste que permitirían resaltar los elementos existentes. La escalera ligera, ubicada en el centro, articula el espacio en todas sus plantas y es el elemento central de la intervención. La zona de cocina es amplia y con un gran isla que conecta con una gran mesa de comedor de madera. La sala de estar recoge sofá y chimenea apoyados sobre una pared de piedra recuperada. El pavimento de hormigón continuo pulido unifica todas las plantas y termina de dar el toque contemporáneo al interior.