Si todos estos colores te gustan y no acabas de decidirte por ninguno, quizás lo estás planteando al revés. En lugar de elegir el color de la pared en primer lugar, define primero cómo será la distribución del espacio, por dónde entrará la luz (a qué hora), el tipo de muebles que te gustan, y cómo se usa el salón (de manera esporádica, todos los días y por toda la familia...). A partir de ahí piensa en un color que os haga sentir a gusto y os acompañe huyendo de modas que antes o después, ¡pasarán! elige siempre pinturas libres de tóxicos, lo más naturales posibles y no te obsesiones con el color. Al fin y al cabo, pintar es algo rápido y barato (en comparación con otras reformas o mejoras en casa). Si la pintura ya no te dice nada, siempre puedes pintar y vuelta a empezar. Así de rápido.
¿Y tú, qué color has elegido para tu salón? ¿Qué tono es tu favorito para la estancia más alegre de la casa? anímate a dejar tu comentario.