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Visto en: Arrel Arquitectura
Los tonos de base neutra de la gama de los beige, arenas, cremas o tostados, crean un fondo sereno y calmado que siempre se agradece en un salón. Sí optas por ellos, recuerda que serán los detalles y complementos (textiles, muebles, luminarias) los que enriquecerán el ambiente para que no se vea soso, o plano. Aplica pinceladas de color con las alfombras, los centros de mesa o las cortinas. Utiliza un sofá blanco y muebles de madera o fibras naturales si quieres que el salón se vea más mediterráneo, o dorados, verdes claros o cobres, si te va más lo clásico. A estos tonos le sientan muy bien los arrimaderos a media altura, las molduras y por supuesto los papeles pintados. Una combinación muy sutil, que haga magia con el espacio.