Este pequeño apartamento de playa se decoró de manera exquisita, pensando en optimizar al máximo el espacio y conseguir esa sensación de frescura que deberían tener todas las casas de playa. Para conseguirlo, todos los muebles son blancos y con patas (eso los hace más ligeros a la vista), y las tapicerías van en consonancia. La base de blanco en paredes y suelos suma amplitud, y el gran ventanal del fondo pone la luz. Un espacio sin complicaciones pensado para disfrutarlo todo el verano. Las dos mesas (la de comedor y la de centro) son redondas. Eso favorece la circulación alrededor y se come menos espacio que una rectangular o cuadrada. Además, al ser de cristal y con patas de acero, en el caso de la mesa de comedor, aún se ve más ligera. Otra idea que puedes copiar en tu casa de la playa.