Ya sabes que la iluminación afecta a nuestro estado de ánimo. Una luz blanca y potente nos mantiene despiertos y a la expectativa, mientras que una tenue invita al descanso y la desconexión. Una forma rápida de lograr más estilo en tu salón consiste en cambiar tus viejas lámparas por otras más atractivas y originales. Los cables vistos no son un problema, pues las nuevas tendencias los muestran sin ningún complejo, incluso les dan color para que luzcan más. Tienes margen para desplazar del punto de luz y las lámparas que necesites cambiar de ubicación.
Y si no quieres andar con escaleras, tranquilo que hay un plan B. Olvida la luz general del techo y apuesta por lámparas de pie o apliques de pared nuevos para completar la iluminación con luces decorativas o funcionales. Siempre será mejor una luz tenue, que ayude a crear una buena atmósfera. Así se suavizan contrastes y se gana en calidez y confort.