Encontrar una casa y hacerla suya
Pero no lo creas solo por que lo digo yo. Déjame antes presentar a nuestro dúo francés de mediana edad: monsieur et madame desbois (Marie y jean philippe para los amigos) aunque sé que sabes que estos no son sus nombres de verdad. Claro que aman parís por sobre todas las cosas como manda el dios galo y como reza el primero de “les dix commandements”, pero aman también huir de él: cambiar sena por Mediterráneo, omelette por truita o a edith piaff por Peret. Durante los últimos diez años y cada vez que han podido, J.P. Y marie han estado viniendo a barcelona a dejarse las suelas sobre el adoquín del borne y a descubrir terracitas a tasa de dos por noche. A eso de las nueve, una tarde, se encontraron en el medio de una pequeña y desconocida para la mayoría placita rodeada de estrechas calles peatonales y añejas como su nombre: st. Agustín el viejo. Se lo pasaron de fábula bajo aquellas farolas y tiempo después volvieron a luz del día para que marie pudiese capturar en su lente y llevarse a casa parte del encanto. De vuelta en el hotel y revisando las fotos en la pantalla de la cámara marie leyó un cartel que ponía “en venda” en uno de los balcones que miraba sobre la plaza. Se lo mostró a J.P. Y la siguiente sesión de fotos que se produjo por aquellos lados es la que mostramos en este reportaje.