Terminamos insistiendo en la importancia de acabar el día en una alcoba que invite al descanso. Ni juguetes por el medio en el cuarto de los niños, ni ropa apilada pendiente de plegar o de guardar. Con eso de que por ahí no pasan las visitas, las habitaciones pueden convertirse en un lugar muy dado al desorden. Y si te sobran cuartos, más aún. Hay que desterrar para siempre la idea de que esa habitación, que no usa nadie, es el trastero donde meto todo lo que no quiero ver.
Un dormitorio perfecto
Es aquel que se ha diseñado huyendo de los excesos decorativos y de mobiliario. Si te sobra espacio, no lo llenes de muebles que no necesitas (aunque te parezca que va a quedar bien). Lo mismo pasa con la decoración. Nunca hay que abusar. Tu cama es la reina por ser tu lugar de descanso. Aunque ocupe mucho espacio puedes usar la parte de abajo con un canapé abatible en el que entren esas otras cosas importantes que necesitas y no caben en el armario (rellenos nórdicos, maletas...).