Y es que aquí, las habitaciones nobles, exteriores, con aquellos dos preciosos balcones que miran sobre la porción más peatonal del compte borrell, no acogen la habitación principal ni el salón ni el comedor ni tan siquiera una fantástica cocina. Aquí, esta ubicación y vistas privilegiadas (con su natural bullicio), han sido cedidas a un espacio doble, de trabajo y de lectura, simétrico, pero opuesto en lo tocante al color, que acabó tomando la forma de una gran biblioteca de diseño clásico. Una biblioteca que se ve versionada en blanco y negro en cada una de sus mitades y que alberga en cada uno de sus extremos, escritorios, mobiliario y butacas que permiten, ahí donde es necesario, el desempeño de las tareas para los que cada área ha sido concebida.